sábado, 22 de agosto de 2020

EL BURRO AUDAZ

 EL BURRO AUDAZ

Después de servir por veinte años a su amo, el burrito pin-pin fue diagnosticado de una enfermedad muy severa en sus patas y sus cascos, haciéndose inservible para la casa de su amo. El despiadado amo le comisiono al capataz que se encargara el burrito ya que él no iba a cargar con un burro inútil. El capataz cruel miro despectivamente al burro y dijo:

--- a este burro es mejor enterrarlo vivo.

Para esa tarea contrato diez obreros para que cavaran un hoyo profundo donde el burro no pudiera salir.

Esa misma tarde se colocaron a cavar el hoyo en presencia del burro. El burrito estaba muy triste al ver la forma como terminaría su vida, después de servir diligentemente a su amo.

Después de un par de horas el hueco era profundo y sin sentir ninguna compasión el burro fue empujado al fondo del hueco causándole heridas considerables al pobre burrito. El jefe da la orden.

---échenle tierra a ese burro…

E inmediatamente el burrito sintió la primera palada de tierra en la espalda, y otra y otra. El burrito pensó que éste sería su final. Sin embargo al sentir la tierra en la espalda el burrito se sacudía y la tierra iba cayendo junto a sus patas. ¡Ohh! El burro descubrió que con la tierra que le echaban él podía ir creciendo. Y, ni los trabajadores, ni el capataz se dieron cuenta que el burrito cada vez más se acercaba a la orilla del hueco.

Entre más tierra le caía al burrito más se sacudía y más iba subiendo, y de un momento a otro el burrito pego un gran salto y salió de hueco y corrió tan fuerte que nadie pudo atraparlo y nunca más volvió a ese ingrato lugar, y vivió libre el resto de sus días. Con la lección aprendida: Con la tierra que te otros piensan sepultarte debes crecer y salir del hueco.


No hay comentarios: