martes, 11 de julio de 2017

DIEZ PELIGROS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA


DIEZ PELIGROS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA
Tomado de una conferencia y el libro de “protestantismo en américa latina” Pablo Deiros
Parte de la argumentación es por Johan Amaya




¿CUÁL ES EL FUTURO DE LA IGLESIA?
(Cuando digo iglesia me refiero al cuerpo de Cristo 
en el mundo, y no a una organización especifica)

Como en ningún otro lugar del planeta aparte de Europa la fe ha sido en Cristo  proclamada en esta parte del mundo de una manera ininterrumpida por mas cuatro siglos, muy excepcionalmente en el pasado los evangélicos latinoamericanos hemos reconocido este hecho de una presencia del evangelio en nuestro continente a lo largo de una buena cantidad de tiempo. No obstante a pesar de los indicadores positivos de crecimiento, impacto resultado y logros el testimonio cristiano evangélico en América latina presenta indicios, alarmantes, preocupantes de peligros de tomar a cuenta, y lamentablemente muy excepcionalmente los evangélicos latinoamericanos hemos reconocido nuestro propio fracaso  en producir la transformación del continente con el evangelio de Cristo, los últimos 20 años lejos de reconocer este fracaso lo hemos negado embelesados con el crecimiento numérico, el aumento en reconocimiento social el incremento del prestigio y el acceso a las esferas del poder político y económico. La realidad es que América latina continua bajo el peso abrumador de la opresión política, económica, social, cultural y religiosa, y el evangelio de Jesucristo que nosotros decimos representar y pretendemos proclamar no ha producido todavía los cambios y las transformaciones que todo el continente espera y entendemos son la voluntad de Dios para nuestros pueblos.
Es por eso al tiempo de consideramos con alegría con gratitud al señor aquellos elementos positivos que reflejan el desarrollo progreso y avance del testimonio evangelio en América latina, es necesario prestar seria atención a aquellos otros elementos negativos que deben ser corregidos y tomados en cuenta para no perder o malograr lo que el Señor nos ha permitido hacer para su gloria en el continente.
En su primera carta Juan advierte sobre los peligros que pondrán en jaque a la iglesia del fin de los tiempos y señala con dramatismo  “muchos son los anticristos  que han surgido ya” es mas la realidad y dinamismo de estos anticristos se evidencia de que nos encontramos precisamente transitando los últimos tiempos como dice Juan por eso nos damos cuenta  de “que esta es  la hora final “  , es interesante  notar que según Juan los anticristo en cuestión no son agentes, factores o circunstancias externas a la iglesia sino internas, en el lenguaje de Juan   “salieron de entre nosotros”, no obstante estos espíritus engañadores y mentirosos no tienen porque poner en cuestión el completamiento de la misión que el Señor le ha confiado a la iglesia en el mundo después de todo como señala Juan contamos con la unción del santo quien no solo nos permite conocer la verdad sino también proclamarla con fidelidad, la cuestión es que permanezcamos llenos de él y advertidos de los peligros que nos acechan los confrontemos con el poder de Dios. Quiero invitarles a considerar conmigo 10 peligros que en el presente se ciernen sobre la iglesia de Jesucristo  en América latina y que representan serias amenazas que nos hemos establecidos para el desarrollo del reino de Dios en nuestros pueblos.

1.       EL TRIUNFALISMO:

 Dos generaciones atrás los evangélicos latinoamericanos nos veíamos como una minoría perseguida débil y a la defensiva hoy las cosas han cambiado notoriamente los números nos dan una gran visibilidad social, nuestros líderes cuentan con una mejor preparación muchos miembros de nuestras congragaciones han alcanzado notoriedad en las diversas esferas hay más información sobre nosotros y nuestras actividades y por lo tanto  menos prejuicios y sospechas;  en general  gozamos de buena reputación, es precisamente aquí  donde se presenta el problema del triunfalismo, Jesús fue bien claro cuando dijo Lucas 6:26  “ hay de ustedes cuando todos los elogien dense cuenta que los antepasados de esta gente trataron así a los falsos profetas” la admonición de Jesús nos advierte contra el engaño sutil de pensar de que el aplauso publico representa la nota de aprobación final de nuestros esfuerzos por el reino. En realidad es la aprobación del Señor que nos ha confiado la misión la que debemos procurar en primer y único lugar.
Pero ahí está el triunfalismo, el triunfalismo es un mal que no hace acepción de personas ni de iglesias y en el presente mundo trivial y frívolo en el que el triunfo de cualquier tipo se valora por encima de cualquier otro bien moral o espiritual, esta enfermedad del espíritu, se ha transformado en una especie de plaga devastadora hay siervos e iglesias que pierden su primogenitura por el plato de lentejas del triunfalismo que promete la satisfacción inmediata de los apetitos carnales.

2.       EL EXITISMO


Muy ligado al triunfalismo está el problema del exitismo la cultura del ÉXITO se ha instalado en todo nuestro continente al punto que cada vez son más las personas dispuestas al punto de enajenarlo todo con tal de lograr el éxito en alguna esfera de la vida humana.  El exitismo no es otra cosa que la búsqueda de resultados positivos  como un fin en sí mismo y a cualquier costo especialmente guiado por las pautas que gobiernan y definen el éxito en el mundo y estas pautas consisten en lo que podríamos llamar las cuatro P: Placer, Poder, Prosperidad y Prestigio. Siervos de Dios y congregaciones enteras están embelesados detrás de estas como si fueran la última expresión acabada del evangelio mismo, no es entonces extraño que se hable de un evangelio de placer, un evangelio de poder, un evangelio de prosperidad, un evangelio de prestigio, estos ídolos contemporáneos representan a potestades espirituales que hoy pugnan por encadenar el corazón de las personas y controlar sociedades enteras, son expresiones ajenas y totalmente contrarias al reino de Dios que de ningún modo deben ser admitidas en medio del pueblo que invoca al Señor y dice ser suyo. Debemos reconocer nuestro pecado de haber cedido terreno en nuestras vidas e iglesias a estos gobernadores de las tinieblas que nos han seducido con sus encantos y nos han hecho perder el camino de la cruz por la senda placentera del éxito pasajero y engañoso.


3      EL PELIGRO DEL SUBJETIVISMO


El subjetivismo es un sistema que no admite otra realidad que la del sujeto pensante y reduce toda existencia a la existencia del YO. El subjetivismo hace depender el conocimiento  de factores que residen en el sujeto que conoce. Algunos extienden el concepto del subjetivismo a todo sistema filosófico basado en la autosuficiencia humana para conocer la verdad. El subjetivismo señala que  hay una verdad que tiene validez limitada o relativa siempre limita  al alcance del sujeto que conoce, de este modo la subjetividad individual deja de ser interprete de la verdad para constituirse en matriz y en patrón de la misma.  En el campo evangélico latinoamericano el subjetivismo está presente en buena parte del pensamiento y acción de las iglesias, esto se ve manifestado en la actitud bastante generalizada de hacer de la experiencia subjetiva el elemento normativo de la fe y del conocimiento  de la realidad espiritual sin someterla a la autoridad docente  y correctiva del registro de la revelación divina que es la Biblia. Expresiones tan frecuentes en nuestras iglesias como: “Dios me dijo”  “yo siento esto o aquello” “o el Espíritu me muestra”, “o sueños y traslados a otros mundos” muchas veces no son reflejo de  una autentica experiencia de lo divino del Señor, sino manifestaciones subjetivas sin mayor fundamento que el propio yo infatuado. Es cierto que nuestra subjetividad ocupa un lugar importante en nuestra percepción de Dios y en la vivencia de nuestra fe, pero cuando nuestra subjetividad no está bajo el Señorío de Cristo y nuestra interioridad no está llena del Espíritu Santo, muy fácilmente se cae en el subjetivismo, la mejor prevención contra este tipo de subjetivismo es recordar las palabras del apóstol pablo a nuestras vidas personales “He sido crucificado con Cristo y ya no vivo yo sino vive Cristo en Mi”.

4.       EL PELIGRO DEL SINCRETISMO: Unir distintos elementos religiosos, tomados de diferentes sistemas, especialmente no cristianos, en una nueva totalidad y sistema, con lo cual se pervierte el evangelio del Reino, cuyo carácter es radical  y excluyente.  Por lo tanto esta mezcla con el

5.        EL PELIGRO DEL CONSTANTÍSIMO: pretender unir el compromiso único con el Reino de Dios con los reinos de este mundo, sus demandas y valores.


6.   EL PELIGRO DEL SENTIMENTALISMO: Pensar que la fe y la práctica cristiana pasan exclusivamente por una exagerada sensibilidad y el imperio de los sentimientos, con exclusión de la reflexión y el razonamiento lógico.

7.       EL PELIGRO DEL POPULISMO: pensar ingenuamente que todo lo que proviene de la entraña del pueblo (cultura, costumbres, folklore, etc.) es correcto en términos cristianos y se justifica su incorporación y aplicación en el Reino de Dios, sin su sometimiento a una crítica profunda


8.      EL PELIGRO DEL FETICHISMO: pensar que el poder de Dios está necesariamente asociado con ciertos objetos (fetiches), a los que se les atribuye cualidades o poderes sobrenaturales que le permiten a quien los posee o usa obtener lo que desea (Biblia, bautismo, cena del Señor, himnario, aceite de la Unción, etc.)

9.     EL PELIGRO DEL EMOCIONALISMO: considerar que las únicas expresiones válidas de la fe son aquellas que pasan por las experiencias fisiológicas y sicológicas conscientes de tensión o excitación de carácter patético y dramático.


1    EL PELIGRO DEL AUTORITARISMO: que se funda en la sumisión Incondicional a la autoridad, especialmente de un líder o caudillo carismático, y en el dogmatismo de la enseñanza y los principios conductores.



https://youtu.be/1-QkmRhbTbA