C.H. SPURGEON


REFLEXIONES PASTORALES




En este espacio de mi blog quiero resaltar los  principios tan  importantes que este hombre de Dios, transmitió a su generación de relevo en la escuela para ministros, que él mismo fundó. A pesar de los años aun siguen  vigentes sus concejos pastorales.

Por algún  tiempo he leído las primeras paginas de este libro " Discurso a mis estudiantes" Pero nunca he pasado de allí. La razón:  creo yo, que esta primera parte es tan  programática, que si uno no cumple con los requisitos de pureza y determinación de rendir nuestra pecaminosidad a los pies del maestro, todo el resto del libro sera inaplicable. Aun no soy perfecto pero estoy decidido a seguir amando al maestro y cumplir la palabra de Dios. Y quiero compartir con todos mis lectores mis reflexiones sobre mi lectura de Spurgeon. Para mi es apasionante leer a un hombre de Dios asi como Charles Spurgeon.

PLATICA I

La vigilancia de si mismo


El texto Bíblico para esta primera platica es: "Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina" 1 Tim 4:16 sin embargo Spurgeon alude al texto de Proverbios 10:10 " Si el hierro está embotado y él no ha amolado su filo, entonces tiene que ejercer más fuerza; la sabiduría tiene la ventaja de impartir éxito."

SPURGEON  inicia su charla para aspirantes el ministerio  comparando al ministro con un obrero de campo, quien debe ser sumamente disciplinado en el cuidado de sus herramientas.




Nuestra primera y tempranisima  reflexión  es:
  1. Todo Ministro es un obrero:  Por lo tanto debe cuidar las herramientas con las cuales hace su trabajo. Si el obrero no cuida sus herramientas tendrá las siguientes consecuencias:  Se vera obligado a doblar el esfuerzo. Y, aunque redoble el esfuerzo su trabajo saldrá mal ejecutado. Estas desastrosas consecuencias traerá el descuido de las herramientas. El Cansancio Físico e insatisfacción es el resultado visible del descuido.
APLICACIÓN PASTORAL: Si el predicador a la hora de exponer la Palabra de Dios tienen sus herramientas sin FILO, (la oración, la lectura, y la vida personal ) tendrá que esforzarse demasiado para tratar de terminar el sermón, sin embargo a pesar de su esfuerzo siempre terminara mal. El ministro terminara frustrado y cansado. Y en el peor de los casos el predicador recurrirá a la superstición, al subjetivismo para tratar de arreglar un sermón que inicio mal desde la vida personal, de oración y de estudio. mucho cuidado!!!






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